El río Cambás es un afluente del río Mandeo, que se forma por la unión del Rego da Loba o Ponte das Ovellas con el Rego da Palanca. La ruta se puede iniciar en Ponte Aranga donde se junta el Cambás con el Mandeo, o un poco más adelante. Yo os aconsejo empezar donde lo hice yo, ya que la ruta es dura y nos ahorramos una parte de ella. Además la primera parte está cerrada por una valla de una finca, que algún listo puso. Tenemos un sitio para dejar el coche e iniciamos el camino. La flecha que indica las fervenzas pone 1 kilómetro, pero está rematadamente mal calculada la distancia.
Empezamos a caminar por la margen izquierda del río Cambás por un sendero con muchas raíces y piedras. En algún paso difícil, han colocado pasarelas, aunque no en todos.
Entramos en la Fraga das Barbudas, un bosque autóctono con gran valor ecológico. A poco de iniciar el recorrido pasamos por la central hidroeléctrica.
En algunos puntos el sendero se separa del río para superar algún promontorio para volver a bajar al mismo poco tiempo después.
El camino no es sencillo, ya que hay que apoyarse en muchas piedras que con la lluvia están muy resbaladizas. Os recomiendo llevar unos bastones que os ayudarán mucho en algunos tramos.
Antes de llegar a la confluencia de los dos Regos, nos encontramos esta pequeña fervenza en la orilla opuesta.
Cuando llegamos a la confluencia de los dos ríos, el Rego da Loba y el Rego da Palanca. Si queremos ver las Fervenzas del Rego de Palanca, tendremos que cruzar el río. Sin embargo seguiremos por la misma orilla, cogiendo un sendero que nos indica la cascada de Castro Rodicio. Nos informa que el sendero es de peligrosidad alta.
Con todas las precauciones posibles, haciendo uso de los bastones de senderismo, fundamentales en este tramo, y las manos en ocasiones, llegaremos hasta donde se encaja el Rego da Loba. Antes de ver la fervenza, llegamos a una zona llena de lascas, con un árbol caída cruzado en el camino.
Aquí hay que cruzar el río saltando por las piedras, para poder trepar un poco con manos y pies para alzarnos y ver el Pozo de Castro Rodicio con la cascada que salva un desnivel de unos 20 metros.
Y, aunque tentado a bañarme para quitarme los 25º que teníamos, no lo hice porque había que regresar y no se podía perder el tiempo. La vuelta es por el mismo lugar, tomando mayores precauciones todavía, porque el cansancio es un mal compañero de viaje en el monte. Este es uno de los pasos más complicados que hay que atravesar. Existe una pasarela de madera a la que agarrarse desde la parte inferior, pero después faltan elementos, me imagino que se los llevó el agua, para tener mayor seguridad.
Como toda la ruta, al igual que el resto del río Mandeo, está perfectamente señalizada. En este caso se trata de la ruta SM4.
Y otro sitio algo dificilillo es atravesar este punto donde un árbol se ha caído sobre el sendero. No hay que preocuparse, se pasa bien, haciendo un poco de contorsionismo.
CARACTERÍSTICAS:
1.- Localización: Hay que llegar a Ponte Aranga y desde allí seguir hacia Ponte Rodicio. En una curva de la pista asfaltada, veremos el cartel de la ruta.
COORDENADAS: 43º 14' 7.89" N 7º 59' 16.933" W
2.- Dificultad alta por lo abrupto del terreno, la cantidad de puntos complicados de paso.
3.- Está señalizada.
4.- No la recomiendo para ir con niños. Me parece muy peligrosa
5.- Ruta en WIKILOC
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