¡Cómo no aprovechar estas intensas lluvias que caen sobre Galicia desde hace meses!
Y volver a visitar sitios para ver cómo cambia el paisaje con la gran cantidad de agua que traen nuestros ríos.
Esta es la filosofía de repetir alguna de las fervenzas que ya había visitado. En este caso, aprovechando una ruta en kayak por el embalse de Caldas de Reis, me volví a acercar al río Umia, para ver la fervenza de Segade.
En este caso, bajé directamente hasta la fábrica de luz y me quedé impresionado de la violencia del agua.
Esto se debía a que las puertas del embalse situado algunos metros aguas arriba estaba abierto del todo.
Y, en sitios donde se podía llegar la vez anterior (ENLACE), no pude ni acercarme. Uno de esos sitios eran las piedras y árboles que hay más abajo de la fervenza donde se puede sacar más centrada.
También fui al mirador que hay del otro lado del río. Hay que decir que desde allí no se ve prácticamente nada, pero sale un sendero que baja en fuerte pendiente hacia la otra orilla. Os recomiendo llevar bastones de senderismo para poder bajar.
Por supuesto que merece la pena el riesgo, ya que la visión de la cascada es completamente diferente.
Se me ocurrió "subir" por esta vertiente para acercarme a la parte superior de la fervenza. No os lo aconsejo ya que es peligroso, las rocas están muy resbaladizas y hay que superar un fuerte desnivel.
Además después de llegar arriba, es todavía más complicado bajar. Las pasé canutas buscando no precipitarme al río.
Después de ver la instantánea de abajo, da pena que no se mantenga y reconstruya la fábrica de luz. Me parece que es parte del pasado, es un edificio histórico que se debería rehabilitar.
Y para ver las características de esta fervenza del río Umia, os remito al siguiente ENLACE
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